La comarca recicla a través de Arcgisa 169,3 toneladas de aparatos eléctricos fuera de uso en 2011, una media de 0,64 kilos por habitante, lejos del promedio andaluz
Y, de repente, la imagen se va a negro a la par que el gallinero del Sálvame enmudece. La tele ha muerto por agotamiento. No hablamos de telebasura, pero sí de que la tele se acaba de convertir en basura. Técnicamente, cualquier bien de consumo de este tipo se denomina Residuo de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) al final de su vida útil y, al igual que un brick de leche o una botella de vino, tiene su tratamiento específico.