Si no quieres que algo sea público, no lo cuentes en internet.
Y por “contar” me refiero no sólo a Facebook, sino también a Twitter, blogs, forosy hasta correos electrónicos. Si está circulando por ahí es mucho más fácil que salga a la luz que si lo tenemos guardado en un cajón. Suena drástico, pero es así. Seguro que han leído o escuchado historias de gente que ha perdido su trabajo o a su parejapor indiscreciones en redes sociales, ¿verdad? Y seguro que también saben que ya no es nuestro currículum lo único importante en la selección de candidatos para puestos de trabajo… Pero bueno, sigamos adelante, que no quiero que se asusten. Vayamos a por Facebook.
Esto es cuestión de gustos, claro, pero mi recomendación es que activen la navegación segura y las notificaciones de inicio de sesión. Al hacer esto último recibiremos un correo cada vez que iniciemos sesión con un dispositivo que no tengamos registrado y así tendremos controlados losaccesos a la cuenta (los propios y, sobre todo, losajenos). Además, podemos, si queremos, establecer una contraseña para entrar con uno de esos dispositivos nuevos. (Si reciben un correo avisándoles de un acceso extraño a su cuenta, pulsen en el enlace correspondiente y sigan las instrucciones).
Al apartado de aplicaciones conviene también echarle un vistazo de vez en cuando. Ahí quedan registrados todos los programas a los que alguna vez hemos autorizado a acceder a nuestra cuenta de Facebook (como juegos, clientes para dispositivos móviles, aplicaciones como 24symbols y cualquier otro servicio al que hayamos accedido o en el que nos hayamos registrado con nuestra cuenta de Facebook). Con el tiempo, puede que dejemos de usar esos servicios, por lo que no tiene sentido que sigan teniendo autorización para acceder a nuestros datos. Además, pueden haber entrado de forma puntual en cualquier sitio y no haberlo hecho nunca más. También pueden borrar eso. Aparte de eliminar los accesos a esas aplicaciones que ya no usamos podemos editar las que queremos seguir usando. Hay una serie de parámetros obligatorios (diferentes según la aplicación de que se trate; por ejemplo, alguna puede querer acceder a nuestro nombre de usuario y al muro para publicar cosas en él y otra sólo querer acceder a nuestras fotos) que debemos aceptar para seguir usando esa funcionalidad, pero otros no lo son. Elimine todo lo que no sea obligatorio.
La parte de las sesiones activas es graciosa, por no decir otra cosa, sobre todo para quienes cierran el navegador sin más sin salir antes de las sesiones que tienen abiertas en cualquier servicio. También para quienes, como yo, tienen su navegador configurado para que al cerrarse apague todas esas sesiones. Hace unos días descubrí que a Facebook eso le importa bastante poco, porque me encontré una decena de sesiones abiertas desde todos los dispositivos en los que he accedido en los últimos meses a la red social. Revisen con frecuencia este apartado para evitar sustos y acuérdense de pulsar siempre el botón de cerrar sesión cuando terminen.
El siguiente punto por el que les recomiendo que pasen es el de anuncios, donde podrá controlar los anuncios de terceros que ve cuando navega por Facebook y losanuncios sociales, esos en los que vemos las fotos de perfil de nuestros amigos y ellos ven la nuestra, siempre que se anuncie un servicio o producto que nos haya gustado o que hayamos utilizado. Mi consejo es que en ambos casos escojan la opciónnadie. Así evitarán que en un futuro cambio de las condiciones de servicio o de privacidad (dentro de un par de meses, por ejemplo) Facebook decida permitir a cualquiera de sus anunciantes acceder a todos sus datos personales.
El siguiente capítulo es la privacidad propiamente dicha. Pero eso lo dejo para otra entrega. Si quieren ir curioseando, vayan a la pestaña de configuración de la privacidad, a la que se accede desde esa flecha de la que hablaba antes, arriba a la derecha.
Fuente: Redes y Cacharros
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